Cada cual conserva lo que quiere.

Nunca me han gustado las despedidas, y decir adiós es algo que nunca deberíamos aprender. Mejor un, 'hasta luego' o un, 'nos vemos',  porque tarde o temprano, en días, meses o años, inesperadamente ese momento llega. Llega y cuando ocurre, quizás por exceso de emoción, por satisfacción, ilusión, alegría o temor a la próxima despedida, quedas bloqueado. Va, ¡reacciona, saluda, di algo! A veces sobran las palabras en situaciones así y lo único que necesitas es un gran abrazo emotivo, cargado de felicidad mientras recuerdas mil momentos inolvidables. Para quienes nos quedamos, nos toca la misma ciudad de siempre, con los mismos lugares, el mismo parque adorable donde pasar las tardes, e incluso para algunos el mismo antro de estudio. Otros cambian. Y en realidad todos cambiamos, aceptamos lo que nos viene, vivimos lo que nos llega, disfrutamos lo que nos echan, echamos de menos... Y para todos llega una nueva etapa, una nueva vida. Y cada cual conserva lo que quiere.

Empezaron contigo en esto de la vida y ahí siguen.

                                                                       Gracias.

Diciembre me queda grande.

Esto se hunde, nos venimos abajo sin ninguna razón. Estamos en el último mes del año, último empujón, se supone que ahora las personas que te rodean deben demostrarte que de verdad están ahí, que quieren terminar y empezar el año contigo, que nada ha sido una pérdida de tiempo. Aunque también hay que entender que cuando nadie responde, no puedes hacer nada, no puedes descender y mucho menos intentar que todo salga bien. Pero si no controlas ni tu propio destino, ¿cómo quieres que todos estén bien, cómo coño vas a romperte el alma por cada persona? No puedes seguir torturándote, ni partirte en varios pedacitos para ver qué necesita cada uno, no eres nadie especial, ni siquiera te han puesto ahí para cada tipo de persona, eres alguien más, una pequeña parte que completa el término de "gente", gente que vale la pena y gente que sólo es eso, gente. Este mes servirá para hacer cambios, esos cambios que siempre has deseado y siempre te dan miedo. Pues hoy no, ya se han acabado las tonterías, vive por y para ti porque eso es algo tuyo, algo que no puede hacer ningún tipo de gente. Sintámonos completos.

El mundo no, ahora importas tú.

Es hora de dejar todo claro, de expresar lo que sientes en cualquier momento, de ser tú misma y no como la gente quiere que seas, es momento de dejar de complacer a los demás y de hacer las cosas por y para ti . Vale, tal vez sea difícil que el mundo acepte tu manera de ser,  pero ¿y qué? No es el mundo el que va a ayudarte a ser feliz, es tan sólo una pequeña parte, digamos que es tu mundo. Cuando de verdad empieces a mostrarte tal y como eres, aún no siendo fácil, tendrás el apoyo que necesitas, habrá personas que vayan contigo poco a poco, que te den empujoncitos que necesitas para lograr lo que te propones. Tú decides, te estancas aquí y eres una oveja más o avanzas con los de verdad.

Espejos en los que a veces no nos queremos reflejar.

La vida está llena de contradicciones, de bipolaridades, de caigo y me levanto, de amores que duelen, de amores que tocan el cielo, de "qué hubiera pasado si..", de errores, de piedras, de paredes, cambios y viajes y planes, de sonrisas, de miedos, vagones vacíos, de destinos que nadie controla, de espejos en los que a veces no nos queremos reflejar, de recuerdos que duelen, relojes, broncas, de café, de música, de nostalgia de cosas que aún no vivimos, de "todo pasa", de lágrimas infinitas, de "hay que mirar lo bueno y lo malo", de soles, de abrazos, de "deja de llorar y vive la puta vida", de improvistos, de improvisar, de  imposibilidades, de impertinencias, impares y pares, de "no hay mal que por bien no venga", de metáforas, de metafísica, de colores, de ti, de mí, nosotros, de felicidad que tarda en llegar, de tantas cosas sin sentido y de otras tantas que valen tanto la pena.

Qué me dices, ¿vienes?

El tiempo pasa demasiado deprisa como para darnos cuenta de cómo hemos crecido y de cuál ha sido la forma de llegar hasta aquí. Interminables veranos han pasado a ser historia en el diario de mi vida y no me he olvidado de ninguna cosa que en todos estos años me haya ocurrido. Las personas cambian, todos cambiamos, ya sea para bien o desgraciadamente para mal, todos vamos borrando quiénes fuimos, y construyendo un nuevo "yo" influenciado por la gente que nos rodea, la cama en la que dormimos, lo que nuestros ojos ven y el corazón siente. Nadie nos dice el camino a elegir, sin embargo todos queremos elegir el correcto. Pasará el tiempo y volveré a escribir algo parecido a esto, quizá seas de aquellos que siguen a mi lado en este sprint de mi vida, o quizá quedes apartado en alguna parte de ella. Ahora voy a extenderte mi mano, qué me dices, ¿vienes?

Start over.

No sabía de qué manera quería volver a empezar, empezar de cero. A medida que te haces mayor, quieres ir aprendiendo de la vida, pero siempre con prisa por querer llevar razón en todo y no pararte a pensar un instante qué es lo que de verdad quieres. Es duro darte cuenta de la realidad, ver cómo personas que han crecido contigo hoy no saben quién eres realmente, personas que te hacían fuerte y que nunca te iban a dejar, que ese chico del que llevabas tanto tiempo enamorada, ése que creías perfecto es un cobarde, pero claro tú sigues ahí, no puedes luchar contra lo que sientes y mucho menos controlar a tu cabeza. Aunque crecer tiene su parte positiva, crecer es darte cuenta de que aún quedan personas de verdad. De esas que llegaron a tu vida hace poquitos años y te ayudan a tener todo en orden, ésas que crecen antes que tú y aún así quieren que te quedes en su vida. Es momento de cambiar y de saber elegir lo que necesitas para siempre.

TEATRO

No sabía qué se podía sentir haciendo una obra de teatro, pues siempre, desde muy pequeña, me tocaba ser el narrador, sí, narrador, siempre de hombre y con papeles en mano. Esta vez no, esta vez, bueno, también salgo de hombre, en alguna que otra escena, pero es que nunca lo había sentido, eso salir, lucirte, y hacerte grande, crecerte delante del público, sin vergüenza ni nada, o al menos lo intentas. Es rozar la perfección con cada palabra que dices, intentar no quedarte en blanco, no temblar. Creo que una de las cosas que más me gustan es el compañerismo, el ayudarse los unos a los otros, sin necesidad de pedirlo. Ayuda con los trajes, con el propio guión, a la puesta de escena de cada uno... Más que nada, la unión. Con esto acabo, y es posible que empiece una gran carrera, es lo que me gusta.

Todo en contra, joder.

Llega un punto en el que decides que no puedes más, que abandonas, que dejas todo por perdido, que no vuelves a intentarlo, que se te acumulan todos los problemas habidos y por haber del mundo. Haces un último esfuerzo y no te sirve de nada, entonces, piensas y te das cuenta de que no puedes seguir así, que tienes que ir más despacio. Llevas toda la semana entrenando sola a baloncesto y te preguntas si te servirá de algo, pero cuando llegas a un partido, todo lo que has hecho te sirve para demostrarlo en el campo, todos los tiros, todos los triples, todos los uno contra uno que hiciste con el entrenador. Te das cuenta de que aunque estés siempre discutiendo con tu madre, a la hora de salir a defenderte, ella es la primera. Que siempre queda gente que lucha por ti, que te sube el ánimo. El otro día, comiendo, pensaste que tu madre te dejó sola en la cocina aposta, delante del bote de la nata, porque sabe que te encanta, y tú no hiciste otra cosa que comer más tranquila, y leyendo sus instrucciones, ¿A que no sabías que se debe guardar en el frigorífico de manera horizontal? Pues yo sí, pero porque lo leí, después de echármelo todo en la boca jajaja. Y que aunque todo te vaya en contra, has de saber que siempre queda algo por lo que seguir luchando, que no te puedes encerrar en ti misma y que tienes que agradecer a esa persona que siempre ha estado escuchándote. Tenía esto demasiado abandonado, pero me doy cuenta de que me ha servido de mucho, por ejemplo, para centrarme en mí misma, para saber lo que quiero, para recuperar alguna que otra asignatura, etc. Y así dejo esto, que es domingo y toca estar con la familia.

Las quiero, tal y como son, no hay más.

28 de febrero, día de Andalucía, de mi tierra, de la cual me siento muy orgullosa. El levantarse y sentir que hay un día especialmente dedicado a ella, a la tierra que te ha visto crecer, ganar y la que te ha enseñado a perder, es el simple hecho de decir, VIVA LA MADRE QUE ME PARIÓ. Y bueno, hoy no ha estado tan mal el día. Estudiar, limpiar un poco...y lo más importante, ir a despedirme de mis niñas, sí, hoy llegó el gran día, su gran día. Estaban con la adrenalina por las nubes, muy nerviosas, pero a la vez tan felices, que me lo contagiaban a mí, y aquí sigo, recordando todas las caras que han puesto porque se van a París, si ellas están así de ilusionadas, imaginaros cómo estoy yo, que por una vez puedo decir que mi felicidad depende de ellas, porque las quiero, porque son las mejores y porque me han enseñado a ver la vida de otra manera, me han visto crecer día a día, y es algo que aún estoy por agradecerles, el simple hecho de que no se cansan de mí, que me hayan aceptado de esa manera, y que me digan, "no desde siempre, pero sí para siempre" es algo que me llena, que sí, que las quiero, ¡que se entere todo el mundo, joder!

Tengo las cosas más claras.

Me encanta lo bien que llevo esto, aunque buscándole el lado positivo, me estoy esforzando en las cosas del instituto, con la gente, en casa, etc. Hoy por ejemplo, quería ordenar mi vida, no he hecho otra cosa que empezar por mi habitación, y parecerá una tontería, pero tengo las cosas más claras. No llevo el puente tan mal, no salgo mucho, pero me conformo.
El sábado por ejemplo, quedé con mi prima y un amigo, es imposible dejar de sonreír con ellos, incluso me reí e hice que se rieran cuando me caí por una alcantarilla, jajaja... El domingo, todo el día con la familia, de risas también, porque mis tías son las mejores. Y hoy...bueno, hoy me he levantado lo más tarde que he podido, me puse a ordenar mi cuarto, fui a entrenar, y aquí estoy, escribiendo esto, que a nadie le importará mucho, pero yo me desahogo, y hay gente que sí que le interesa. Añadir, que queda un día para que dos de las pesronas que más quiero, se vayan a París, sí, a París, es mi sueño, y rompería esa estúpida promesa de ir con el amor de mi vida, les preguntaré y si me dejan, me voy en la maleta.♥

Uno más.

No lleva hecho el blog ni una semana, y ya estoy empezando a faltar. La verdad es que he estado liada, no he parado en casa, y cuando estaba, no tenía oportunidad de coger el ordenador... Estos días atrás han sido tan monótonos como los tuyos, estoy casi segura. Con los madrugones después de haberte acostado a las tantas, con las clases asquerosas y las que te gustan, los amigos, el recreo, algún que otro abrazo, los listillos de turno y los enfados cuando algo no te salía bien. Hoy, por fin es viernes, bueno, con todo lo que he tardado en hacer esto...ya es sábado, y me espera un puente bastante largo, en el que tendré que estudiar e intentar salir, portarme bien en casa, cumplir con lo que me proponga, que este trimestre es el decisivo y estoy demasiado vaga. Sé que lo tengo que cambiar, que hay gente ayudándome, y quiero esforzarme. Pero bueno, resumiendo que hoy el día no ha estado mal, aunque siento que no estoy bien conmigo misma y espero que sea una cosa que se pueda solucionar. Ahora, mientras todos mis amigos se van de fiesta, yo me quedo en el sofá, con la manta, la estufa, y comiendo porquerías. Me he propuesto levantarme a las tres de la mañana, para ver la NBA, intentaré hacerlo.

Poco a poco.

Hoy, decido crear mi propio blog, escribir, intentar plasmar mi día a día aquí, en cualquier libreta o folio. Siempre he querido hacerlo, y de pequeña, como todo el mundo, tuve mi diario, donde apuntaba todas y cada una de las horas del día, en las cuales me divertía, y si algún día encuentro ese diario, lo único malo que pondrá en alguna que otra página, será: Querido diario, dos puntos, Hoy me he caído de la bici y me hecho mucho daño... En otra, Querido diario: Hoy haciendo una cabaña de cajas, vino mi hermano que es mayor que yo, y me la destrozó, me enfadé mucho con él, hasta que me dio su bolsa de gominolas, fin.
A día de hoy, creo que no puedo escribir esas cosas, porque ya somos adolescentes, y los problemas te llegan solos, bueno, también los buscamos, o los encontramos sin querer.
Por eso quiero hacer esto, porque con la edad que tengo, todo lo veo como un problema, un problema del cual no voy a salir, bueno, uno y un ciento, y gracias a estos problemas que van surgiendo día a día, te vas dando cuenta de los pequeños detalles, por eso escribo, porque son pequeños, ocupan un porcentaje muy bajo en mí, y no quisiera olvidarlos nunca.
Hoy, con la monotonía de siempre, te levantas a las siete de la mañana, te vistes, desayunas y para el insti. 20min. en bus, 20min. más para dormir. Llegas a la puerta del instituto y están los listos de siempre, y entre tanta gente ves a tus amigos, bueno " amigos " en el instituto difícilmente encontrarás a alguien que se le pueda llamar así. Ahí están ellos, con su sonrisa, pero tú dices " buenos días " con el mismo tono de siempre, pues les tienes dicho que por la mañana es mejor no hablar, a causa del mal humor. A primera hora, ética, hablas de cómo está el mundo en general, te hundes aún más. A segunda, tecnología, a calentarte la cabeza con los putos circuitos, puertas lógicas y demás, decepción de profesor. Inglés a tercera, pasas directamente de la profe, está loca. Recreo, te entretienes tocando la guitarra, porque el viernes quieres tocar, por lo del día de Andalucía, no te sale nada, lo dejas, pasas directamente y deberías intentarlo una vez más, por lo menos. Cuarta hora, lengua, olé el profe de lengua, mi tutor, gran persona, pasa la clase tranquila, no haciendo mucho...oraciones compuestas y poco más, miras el móvil, 12:51- llamada perdida de la persona más importante en tu vida, ésa que te escucha y te busca soluciones para todo. Penúltima hora, examen de música, la profe se porta bien, y decide cambiarlo, para el jueves. Última hora, mates, con una profe que vale mucho, pues como profe es buenísima, y dejando el tema del instituto, tiene un gran corazón. Son las 20:10, misma monotonía de todas las semanas, comes, te despejas, una ducha rápida y a domir.