Musicota.

27 de marzo de 2014

Felices 18, Swll.

Es curioso que hace 17 años me estuvieran celebrando mi primer año de vida sobre este lugar al que llamamos mundo, y ahora con los 18 debajo de mi piel, dentro de mi alma, me pregunto muchas cosas que quizá no tengan respuesta, o tal vez todo el mundo las sepa menos yo. Ya me lo decían muchas personas de mi familia, y ya me lo digo yo. Siempre he sido un desastre, pero de los de querer seguir siendo una niña, cosa que el ser desde hoy mayor de edad, no me va a impedir seguir siéndolo, porque sé que en muchas ocasiones soy un trasto, de los grandes, pero hay cosas que no se pueden cambiar. Hoy, 27 de marzo, me dicen que empiezo una nueva etapa, que la disfrute porque a partir de ahora los años volarán. Hoy tal vez, se me hayan quedado muchas felicitaciones por el camino, y han llegado otras que ni me esperaba. Hoy, como cada día que lo he intentado, he querido valorar cada detalle de todas las personas que de verdad me rodean. Tal vez a algunas felicitaciones les faltaba tiempo, otras tendrían prisa y ningunas ganas, y algunas sin embargo, ha sido ese tiempo las que les ha hecho desgastarse. Pero no me quejo por no haber sido la persona con más felicitaciones del mundo, hoy no me quejo de nada. Hoy sólo doy las gracias, como cada año, y día tras día a las personas que consiguen que llegue sin preocupaciones, que llegue con las heridas bien curadas, sin que escuezan, al año siguiente. Son esas personas que, aunque suene muy típico y sea tan tópico, todo el mundo quiere tener en su vida, pero que sólo las tengo yo, son ese tipo de personas que te hacen el camino más fácil, que te quitan algunas piedras, y te dejan otras a propósito para que te hagas un poco más fuerte y sepas valerte por ti misma. Pero dejan las piedras pequeñas, las piedras de mis arrebatos, las que explican el por qué soy tan cabezona y dejan que me haga un poco de daño con algún que otro muro, pero que antes de caer, ya están poniéndome una cama llena de algodones, cojines, y muelles, para salir de ahí cada vez con más fuerza. Hoy ya tengo los 18, desde hoy me acompaña otro año, otros 365 días llenos de cosas buenas y malas supongo, pero que espero no desaprovechar ni un sólo minuto, que cada año intento pisar con más fuerza, y aunque a veces las cosas no salen como quiero, nunca me he desanimado, porque todo el motor que me empuja, no ha fallado en ningún momento, y ninguna pieza se ha caído y/o estropeado. Felices dieciocho a mí misma, pequeña, para que intentes quererte aún más y un poquito mejor de como lo llevas haciendo hasta ahora.