Musicota.

7 de julio de 2013

¿He dicho "echar de menos" en algún momento?

Echar de menos suena bien, hasta que te toca pasar por eso. Echar de menos es destrozarte por dentro hasta que vuelves a ver a esa persona que tanto quieres, o a tus amigas, a tu prima favorita e incluso a esa persona que tienes lejos y nunca has visto y que demuestra mucho más que las que tienes que soportar día a día. Echar de menos es tener la responsabilidad de no cagarla y echar a perder lo que estabas construyendo con dichas personas. Echando de menos se tiene miedo porque tienes algo contigo, tuyo, tu trocito de cielo formado por enormes personas, y tener esa parte de tu vida tan sólida a veces da miedo, porque puedes sentir en muchas ocasiones que te rompes en mil pedazos. Echar de menos demuestra lo fuerte que puedes llegar a ser, cuánto tiempo eres capaz de aguantar sin esa parte de tu vida y qué cojones haces para poder verla lo antes posible. Echar de menos se dice mucho, pero nadie lo siente, ni tiene el mismo miedo que yo. Y a veces no es bueno ser tan fuerte, porque no quiero acostumbrarme a echar de menos, ni a que alguien huela igual que a quien estoy echando de menos, por eso digo que es una sensación horrible, pero teniendo a personas tan verdaderas, no creo que haya mejor recompensa que abrazarlas. Echar de menos es para valientes y aquí  me tenéis, haciéndome añicos a cada segundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario