Una vida llena de domingos perfecta.

Hoy es un día en el que me pilláis de bajón, escuchando las canciones del blog de la más capulla de todas y la mejor prima del mundo. De alguna manera u otra siempre acabo ahí metida, y es cuando me viene la inspiración. Así que eso, hoy había empezado el día con la maldita rutina de siempre, lo único que había cambiado es que al bajar del autobús para volver a casa estaba él, parándose todo cuánto tenía a mi al rededor. De esto que te bajas y se te ilumina la cara aún teniendo la certeza de que lo estabas olvidando, mentira. Lo mejor de todo es ir a saludarlo y darte contra la pared, ya hay otra aunque él no lo quiera admitir. Me digo que no vale la pena, que podéis continuar así, siendo amigos pero, ¿de qué sirve engañarme si así me hace más daño? Y yo que creía que lo tenía más que superado, qué ilusa. Supongo que será cuestión de tiempo, de no desesperarme y tener paciencia, ya se irá, tranquila, no puede permanecer ahí toda la vida a menos que... A menos que sea de verdad el amor de tu vida, aunque parezca una locura, qué más da, eso no lo eliges tú, nadie puede controlar eso. A menos que sea yo la que no quiere que se vaya, a menos que sueñe noche sí y noche también con una vida llena de domingos perfecta...¡Bah! He podido con cosas peores, esto no me va a echar para atrás, sólo dejaré que me mantenga en el mismo sitio, hasta que quiera dejarlo ir.